Nuestras emociones son capitanes de nuestras vidas de forma consciente o inconsciente. En base a estas emociones tomamos decisiones diariamente en nuestras vidas que nos llevan a accionar de manera diferente en cada situación. Gestionar la toma de consciencia de nuestras emociones, reconocerlas y aceptarlas nos abre un camino a la transformación. Y te preguntarás cual es el «beneficio» de transformarse? Reconocer nuestras emociones nos acerca a nuestro propio auto-conocimiento y desde allí podremos trabajar y pulir todo aquello que querramos engrandecer y mejorar, para ponernos en en eje con la mejor versión de nosotros mismos. Cuántas veces escuchamos o decimos… – Yo soy así y no puedo cambiar. – No sé porque reacciono siempre igual. – Estoy cansado de pasar siempre por lo mismo. – Reacciono así por culpa del (otro). – Yo quiero ser como «tal persona». – Yo no quiero ser como mí madre/padre/hermanos/u otra persona. Y así podríamos nombrar ejemplos varios… Entonces… Donde ponemos el foco al hablar? Cuánto conozco de mí «personalidad»? Adónde quiero llegar y que estoy dispuesto a trascender de mis creencias limitantes que desencadenan emociones que siempre me llevan a la misma acción?